Lectores

martes, 16 de julio de 2013

Nuestras almas no se quieren separar.

Sabes que tengo tus manos enganchadas a mi ilusión, aferradas a unas ganas que no parecen acabar jamás. Te encerraría en cualquier habitación de mi memoria para que nunca te fueras de ella, para guardarte bajo llave como los buenos tesoros. Como lo que eres.
Me gusta salvar el mundo desde tu sonrisa a la mía, arrancar ese pasado que tanto daño me hace trocito a trocito, como si fuera un puzzle que solo termina de encajar en el momento en el que llegué y te aleje unos metros de ese precipicio que conoces tan bien.
Han pasado ya 4 veranos desde que tus ojos verdes empezaron a rondar por aquí, en principio en silencio para más tarde gritar, y no dejarme vivir hasta callarte la boca con un beso, un beso que aún siento en los labios.
Podría decirte que me intoxico con cada bocanada de aire que doy y tú no estás cerca, porque hasta el oxigeno es mejor cuando tu me acompañas. Como decirte que yo sin ti solo soy yo pero que contigo formo parte de un nosotros, formo parte de la esperanza de que todo siempre puede ir mejor.  Porque me desenredas las ideas y a veces un poco el corazón, que desde que tú estás aquí me lo peino todos los días.

Desgastar las sabanas a tu lado, despertarte cada día
con un beso de buenos días, y prepararte el café aunque no te guste especialmente y yo no sepa si lo quieres solo o con azúcar. Escribirte en la espalda como me ha ido el día para acabar con un posdata: tú lo haces bueno. Quiero compartir contigo cada minuto que me queda de vida, ¿te apuntas?

martes, 2 de julio de 2013

Poner sonrisa a cada paso y respirar, será bonito lo que quede por llegar.

Me gustaría ver una película de tu vida. Desde que naciste hasta que me crucé en tu camino. Si, ya sabes, ver que momentos te hicieron llorar de la risa, y otros que simplemente te hicieron llorar. Saber que travesuras hacías con tus amigos de la infancia, quién fue la primera que te robó el corazón, y quién más tarde te lo reconstruyó. Conocer al pequeño tú, tuviste que ser un niño increíble, porque eres un adulto maravilloso. Ver como jugabas al escondite, o como te divertías corriendo cuando jugabas al pilla pilla. Pagaría por ser testigo de la primera vez que sentiste mariposas revoloteando tu estomago, la primera vez que supiste que me querías. Quisiera poder haber estado los 20 años que te falté. Haberte abrazado cuando te sentías mal, cuando necesitabas que alguien te consolara, y no había nadie...Borrar la soledad que te acompaño en tantos momentos, y simplemente hacerte feliz, sacándote una sonrisa cuando no había gente capaz de hacerlo. Porque soy experta en tu sonrisa, en hacerla aparecer con cualquier tontería, porque vivo de ella. De las dosis que me das de ella, recuerda siempre que aunque el mundo te falle, aunque todo parezca condenado al fracaso nada ni nadie debe borrar ese gesto de tu cara. Gracias por hacerme durante estos casi dos años la protagonista del largometraje de tu vida. Nunca te fallaré, puede que algún día deje de ser la protagonista y pase a ser una mera secundaria, pero jamás me iré. Estamos unidos, conectados, para siempre.