Lectores

martes, 27 de julio de 2010

He sufrido un año que más que un año ha sido una noria. De nuevo una noria. Arriba, abajo. Abajo, arriba. Demasiados cambios. Había cosas que estaban perfectas y han cambiado y otras tantas que merecían un cambio pero éste nunca llegó. Un año dificil donde los haya. Y derepente apareciste tú, pasaste de ser uno más de mi lista de "quiero y no puedo" a ser el elegido (¿o fuiste tú quién me eligió a mi?) Tú no matabas serpientes en mi nombre, ni me ofrecias mundos de azúcar y golosinas. Tú me dabas pequeñas dosis de realidad, la medicina perfecta para este moribundo corazón...Continuará