Los semáforos estaban en rojo mientras yo adormecida
esperaba y esperaba sin saber exactamente que, sin saber exactamente a
quien. La vida pasaba a mi alrededor
como una película cutre de la que acabas siendo la protagonista. Hasta que de repente un dia, sentada en el
capot de aquel coche sin que el semáforo cambiara de color pasaste tu. No se si
se es que se puso en verde, lo único que recuerdo es que acelere y me fui detrás
de ti. La jugada me salió bien, y acabamos compartiendo el mismo coche, la
misma vida. Puedo prometer que no me lo propuse, que no lo pensé, pero la
primera vez que te vi ya supe que tu y yo crearíamos la química. Y que esta película
cutre se transformaría en una romanticona película de amor. Puedo prometer luchar hasta que me queden
fuerzas por nosotros, por este amor que convirtió mi realidad en una sonrisa constante
cada vez que pestañeas; por esta magia que se reinventa cada vez que me guiñas
un ojo; por cada te quiero mientras me agarras de la cintura y me prometes una
vida juntos. Porque yo solo pido eso, una historia interminable con el chico de
los ojos verdes.
1 comentario:
Me alegro mucho que te haya gustado la entrada, me salió casi sin querer... es lo más sincero que llevo dentro.
Me alegra que te hayas pasado, tienes un blog muy bonito y muy bueno. Escribes muy de verdad.
Espero que sigas escribiendo :)
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